
El siguiente problema era: ¿cómo transportarla? Se solucionó con Deprez, creador de la alta tensión. Las aplicaciones de la electricidad fueron casi infinitas, suplantando así, a las máquinas de vapor. Aparecen así nuevas utilidades pero que suponen revoluciones, como la revolución que supuso la creación de la bombilla de Edison(presentada en la exposición de París en 1881). Ésta, en un principio, sólo se destinaba a ser usada en los lugares públicos (en algunas familias muy ricas); pero su generalización cambió la manera de entender la vida y el trabajo, al liberar al hombre de la dependencia de los ciclos día/noche.
La electricidad también se aplicó en otros terrenos como en los medios de transporte urbano (aparición del metro), las telecomunicaciones (la telegrafía sin hilo de Graham Bell), el proceso de la electrólisis... Una de sus últimas aplicaciones fue la electricidad de uso doméstico, la cual introduciéndose poco a poco abrió muchos campos (lavadoras, termos...).
La industria de la electricidad se compone de dos partes bien definidas: por un lado la "industria de energía eléctrica" que produce y distribuye corriente, en la mayoría de los casos bajo el control del Estado. Por otro lado la "Industria electrotécnica" que realiza las instalaciones y construye aparatos y máquinas eléctricas. Esta última comenzó a desarrollarse a mediados del siglo XIX. En su primera fase la industria electrotécnica se dedicó a los equipos telegráficos, aparatos de señales y primeras construcciones de tranvías. La empresa alemana Siemens fundada en 1847 se destacó en este período y fue la primera en instalar un tren eléctrico. En la segunda fase se destacó un famoso inventor norteamericano Thomas Alva Edison.
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